Hay varios conceptos que definen a una empresa y que son clave para una adecuada organización y también para una comunicación efectiva. Entre ellos, se encuentran la misión, visión y valores, pero también su propósito. ¿Sabes en qué consiste esta idea? Te lo contamos en detalle a continuación.
Definición y relevancia del propósito de una empresa
El propósito de una empresa es la razón por la que existe. Más allá de su concepto meramente comercial, el propósito de la empresa es un objetivo amplio, que responde al valor que aporta o quiere aportar la misma al mundo.
Esta idea debe influir en el funcionamiento diario de la marca en todos los sentidos, articulando las decisiones que se toman en el día a día con su misión a largo plazo, con la meta de tener un impacto positivo tanto en las vidas de los clientes como en la sociedad en su conjunto.
Diferencia entre propósito, misión y visión
Aunque a menudo se confunden, el propósito, la misión y la visión son conceptos distintos.
En este sentido, el propósito es el que explica por qué existe la empresa y cuál es su razón de ser a largo plazo, respondiendo a la pregunta “¿Para que hace la marca lo que hace?”.
La misión, por su parte, define lo que hace la empresa y cuáles son sus objetivos a corto y medio plazo, con objetivos tangibles.
Por último, la visión empresarial está relacionada con el futuro al que aspira la marca, respondiendo a “¿A dónde se quiere llegar?”.
En resumidas cuentas, el propósito debe ser la base sobre la que se fundamentan la misión y la visión de la empresa.
Por qué es esencial un propósito claro para las empresas actuales
En la actualidad, que las marcas tengan un propósito de empresa claro y lo comuniquen de manera adecuada es crucial para hacerse un hueco en el mercado y fidelizar tanto a la clientela como a la plantilla.
Los consumidores son cada vez más exigentes y priorizan las marcas alineadas con sus valores, del mismo modo que las personas que forman el equipo están más motivadas al trabajar en empresas que pueden marcar la diferencia.
Además, al tener un propósito claro, la toma de decisiones dentro de la empresa resulta más sencilla gracias a unas directrices claras y unas bases sólidas.
Cómo crear el propósito de tu empresa paso a paso
Definir el propósito de la empresa puede parecer sencillo, pero es importante hacerlo de manera realista y coherente, siguiendo estos pasos.
Identificación de los valores y principios fundamentales
El primer paso para definir el propósito de una empresa es identificar los valores y principios que son fundamentales para su existencia.
Esto implica una reflexión sobre las ideas éticas que orientan las decisiones que se toman dentro de la organización, dando respuesta a preguntas como cuáles son los problemas sociales que contribuye a solucionar o cuáles son los principios básicos en la relación de la marca con las personas, tanto a nivel interno como externo.
Las respuestas deben ser coherentes con el funcionamiento real de la empresa y aplicarse en el día a día.
Integración del propósito con la cultura organizacional
El propósito se debe integrar en la cultura organizacional para que resulte coherente. Esto significa que debe reflejarse en todas las acciones y políticas de la empresa, desde la contratación hasta la manera de desarrollar productos y tratar a los clientes.
La comunicación es crucial a la hora de transmitir estas ideas, tanto a nivel interno como externo, ya sea con un equipo propio o de la mano de una agencia de comunicación profesional y con experiencia.
Ejemplos de empresas con propósitos fuertes y su impacto
Para comprender mejor cómo funciona el propósito y cómo se puede comunicar, es interesante conocer algunos casos de éxito.
Cómo el propósito empresarial mejora la competitividad y el compromiso
El caso de IKEA es uno de los más destacados. Su propósito consiste en la democratización del diseño funcional, estético y accesible.
Este propósito ha fortalecido su reputación como una empresa que facilita la vida cotidiana de las personas.
Además, en los últimos años ha reforzado el papel de la sostenibilidad en sus objetivos, lanzando iniciativas como la reventa de productos, con lo que ha conseguido atraer a una base más amplia de consumidores.
Otro caso destacado sería el de LEGO, cuyo propósito es “inspirar a los constructores del mañana”, fomentando el desarrollo de la creatividad y el aprendizaje desde la infancia para crear un mundo mejor. En esta línea, por ejemplo, la compañía apoya programas educativos enfocados en el desarrollo de habilidades STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) para niños de todo el mundo.
El impacto de estos propósitos va más allá del simple marketing, ya que influye directamente en la cultura interna, el desarrollo de productos y la relación con los consumidores.
Las empresas con un propósito coherente que se comunica de manera efectiva mejoran su reputación y se perciben como más auténticas, lo que logra crear una comunidad fuerte entorno a la marca.