Vivimos en una sociedad hiperconectada en la que, paradójicamente, la tecnología coloca en el centro al individuo y no a la comunidad. Por esta razón es vital educarnos en Inteligencia Emocional donde la empatía tiene un papel fundamental ya que es la única competencia que la Inteligencia Artificial, como Siri o Alexa, no son capaces de aprender. La empatía es clave para la comunicación humana, está en la esencia del ser humano. Es el camino que nos lleva a conectar de verdad con los demás para ser capaces de comprenderles y sentir lo que experimentan.
Y, ¿cómo podemos desarrollar la empatía?
Observando y escuchando. La información está allí, si queremos ver, sentir y escuchar…Para entender y conectar con los sentimientos de quienes nos rodean necesitamos estar atentos con todos nuestros sentidos.
Adaptándonos. Debemos modular los mensajes, el tono de voz e incluso la postura corporal para generar sincronía verbal y no verbal con quien o quienes estamos hablando.
Incluyendo. Para no excluir y generar empatía es clave usar un lenguaje que no cree polaridades, que no nos obligue a escoger, que no genere comparativas y que se hable en positivo.
Con humildad. Aceptando que cada persona tiene su propia verdad y comprendiendo que una misma historia puede tener dos o más visiones.
Con tu voluntad. Se trata de querer ser una persona empática. De fomentar nuestro yo más solidario y abierto, así como de aplazar o incluso evitar el juicio y las etiquetas.
Si queremos cambiar el mundo lo primero que debemos cambiar es a nosotros mismos. Con empatía seremos agentes de cambio y para conseguirlo es imprescindible alimentar nuestra capacidad de entender y de conectar con los demás.
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